Desde que tengo memoria me ha gustado dibujar y pintar. Esto me llevó a estudiar Diseño Gráfico, que me entregó muchas herramientas para poder entender mejor la estética, orden, usos del color, etc. Una vez titulada, entré a trabajar a una revista pero al poco tiempo mi carrera dio un giro y, en esa misma revista, comencé a trabajar como fotógrafa freelance. Esto me permitió un horario muy libre y flexible, y en ese tiempo libre decidí retomar e impulsar mi lado artístico.
Empecé a experimentar con acuarelas y me cautivó porque es impredecible. Me fascina la incertidumbre que produce la técnica que utilizo habitualmente, donde los colores, mezclas y manchas van cambiando constantemente hasta que la obra está completamente seca.